Llega uno de los momentos más difíciles para los padres, pero posiblemente, uno de los más esperados para los hijos: irse a estudiar fuera y empezar una nueva vida fuera de casa. Muchos son los padres que consideran que es muy temprano para que se marchen a vivir solos, sobre todo sabiendo su falta de experiencia, por lo que buscan residencias de estudiantes para que estén más controlados y cuidados.
Los padres buscan lo mejor para sus hijos, por eso cuando se marchan a estudiar fuera del hogar familiar quieren encontrar la residencia de estudiantes que más se adapte a sus necesidades y puedan estar tranquilos porque a sus hijos no les va a faltar de nada. Que tengan un plato de comida siempre en la mesa, que estén resguardados del frío en épocas de invierno y que estén situados en una zona segura, son las dudas más frecuentes que realizan los progenitores cuando van a elegir una residencia.
Las residencias y colegios mayores en España tradicionalmente han ofrecido habitaciones compartidas, tienen normas horarias y las comidas deben hacerse en el comedor, firmando su asistencia para el control férreo que obliga el centro.
Por lo general, estas residencias ofrecen pensión completa y, la mayoría de ellas, están gestionadas por órdenes religiosas. Son las que más plazas poseen actualmente y muchas de ellas todavía siguen separando los centros para chicas y chicos.
Si bien, es cierto que existe otro tipo que son apartamentos donde el estudiante tiene más libertad a la hora de entrar o salir, pero de la alimentación se encarga cada inquilino; simplemente lo que ofrecen es el espacio para instalarse.
El tipo de residencia universitaria que más está proliferando, especialmente en Madrid, como una evolución lógica acorde a estos tiempos, es la que proporciona un espacio confortable y cercano a alguna de las facultades, pero incluye la cobertura de todos los servicios: comidas, limpieza, personal de lavandería, de mantenimiento, wi-fi, de gestión de suministros y mucho más.
En función de la calidad de los servicios prestados, hay distintas tarifas, pero se ha comprobado que la mayoría de estudiantes españoles son cada vez más exigentes a la hora de reservar su alojamiento universitario. Tanto ellos como sus padres.
En la Comunidad de Madrid es donde más residencias se encuentran ya que es la región con más densidad de universidades, tanto públicas como privadas, con múltiples opciones para elegir en función de las necesidades de cada uno.
Según el informe de la empresa de Servicios Financieros e Inmobiliarios JLL, en Madrid, el precio medio por alojamiento en residencia está entre los 750€ al mes, contando el precio de la habitación, pero sin contar las comidas. Con todos los servicios se pueden situar en unos 1.200 € / mes. El precio medio de los alojamientos que ofrece Smart Residences se sitúa en los 775 € y 995 € al mes, con todos estos servicios incluidos.
A la hora de buscar una residencia para los hijos, hay que tener muchos factores en cuenta, sabiendo combinar la seguridad y la protección que quieren los padres con la libertad a la que aspiran los jóvenes en el comienzo de su madurez.